Soy Pedro de la Fuente. Mi señor, el marqués de Santillana, me ha enviado a Guadalajara a que prepare su nuevo palacio para cuando vaya en primavera. Guadalajara hace poco tiempo que está en manos castellanas. El califa Abd-al-Rahman III visitó la ciudad con asiduidad  y utilizó el Alcázar con base militar por su lugar de avanzada hacia los territorios cristianos del norte. En 920 Abd al-Rahman III utiliza el Alcázar como base de operaciones para planear las estrategias de las batallas.

La historia de Guadalajara durante la época andalusí es poca conocida, sin embargo, es reconocible el puente de Henares. En cuanto a esto la ciudad se alzaba sobre una terraza del rio y protegida por el barranco del Alamin al lado noreste y por el del Coquín al sureste , por un lado la Alcalleria en la entrada de la ciudad desde el rio, que se extendía en una estrecha franja desde el puente hasta el Alcázar y que se encontraba rodeado de una débil muralla.

Y por otro lado, el poblamiento, rodeado de una espesa muralla y de varios torreones. La muralla tenía cinco puertas de acceso a la ciudad. Las que daban acceso a la ciudad eran la puerta del puente, cada puerta estaba protegida por un torreón, de los que todavía quedan en pie los de la Feria y del Alamín, también queda la puerta de Bejanque. Las calles eran sinuosas y estrechas  para su correcta protección ante una invasión enemiga.

El dominio andalusí de la ciudad fue breve, tan solo de unos tres siglos, hasta que en los finales del siglo XI paso a manos de Alfonso VI de castillo.

Siglo XIII. Mi nombre es fray Mateo de Zaragoza, me encuentro ante una mezquita del siglo pasado. Está gravemente dañada a causa de las guerras. La observo y en este mismo punto imagino una hermosa concatedral, en cuya fachada se encontrará la puerta principal y sobre el muro meridional una segunda puerta sobre la cual imagino que los albañiles construyeran arcos de herradura apuntados del mismo modo que lo hacen en Siria. De ladillo visto, el arco propiamente dicho, se formaría con hermosos resaltes de ladrillo en disposición radiada, contorneándose por una hilada de ladrillo que a trechos formaría lazadas sencillas.

La torre se adosaría al muro meridional, cerca de la cabecera del templo. Será de planta cuadrada, con gruesos muros de mampostería revestidos de ladrillo, horadadas solamente en sus dos cuerpos inferiores, por estrechas saeteras que iluminarán una escalera que ascenderá hasta el cuerpo de las campanas que aparecerán cobijadas por unos maravillosos arcos de medio punto, enmarcados por hermosas líneas de ladrillo profusamente decoradas a base de juegos de este material.

El interior estará constituido por tres increíbles naves, separadas por fuertes pilastras y arcos de medio punto, con acentuado crucero cubierto de una cúpula y preventorio elevado. La techumbre de la nave será de escayola y sobre ella habrá un artesonado mudéjar. Las capillas se abrirán a ambos lados.

La entrada estará precedida por una hilera de grandes y bonitas columnas que darán la vuelta completa a la concatedral. En su interior se encontraran las imágenes de nuestro amado Jesús y de la venerable Virgen María ricamente vestidos con sedas y joyas. La torre se encontrara separada del resto de la concatedral y dispondrá que ocho magnificas campanas hechas del mejor bronce y hierro